
JOSEFA “PEPA” BRUNO OQUENDO
Apuntaron los albores del 30 de enero de 1919, ufanos en alegrar el hogar de Don Isaac Bruno y Doña Natividad Oquendo, con la llegada de una niña, a quien bautizaron Josefa. Estos felices padres derramaron sus bendiciones sobre la primogénita y el cielo los oyó. Llegaba a este mundo llena de excelentes cualidades convirtiéndose en virtudes. Josefa hizo su instrucción primaria en la Escuela Elemental Urbana de Vega Alta y la secundaria en la Escuela Superior de Vega Baja y Bayamón, donde recibió su diploma de duodécimo grado. Ella como primogénita de una familia de trece hijos, le tocó ayudar junto a sus padres a la crianza de sus hermanos/as. Fue una época de muchas limitaciones económicas. Tuvo por necesidad que empezar a trabajar y se inició en las tareas de los programas de la P.R.A., más tarde por tres años como encargada en el Programa de Comedores Escolares. Como Josefa llevaba en su interior una luz que mantenía firme su ambición de realizar sus deseos de superación, entró en el campo educativo universitario en 1945. Fue a la Universidad de Puerto Rico logrando obtener un Bachillerato en Artes de Educación Elemental. Josefa tenía una mente privilegiada y su promedio académico siempre fue A y no había examen que ella no pasara. De maestra, vocación que le encantaba y disfrutaba, ocupó diferentes grados. Trabajó como maestra de Escuela Elemental en el Barrio Cienegueta de Vega Alta dando todos los grados. En 1956 se establece en la Escuela Superior de Vega Alta y allí enseñó Inglés II, Geometría y Biología. Siendo el curso de Biología el más extenso. Le dio clases a muchos vegalteños. Nadie podía olvidar su enseñanza tan particular donde amaba su vocación y vivía su Biología. Sentía un amor y un respeto por sus estudiantes llegando a quererlos como parte de su familia. Quien se puede olvidar de la experiencia abrir un sapo en laboratorio o de exhibir proyectos en una feria científica. Testimonio de estudiantes de ella dicen que ella sembró la chispa del saber en ellos y muchos se encaminaron a estudiar en el campo de la medicina porque ella les motivó. Trabajó 40 años como maestra en el pueblo de Vega Alta. Continuó tomando institutos de ciencias en el antiguo Politécnico de San Germán y en la Universidad de Puerto Rico.